Hola, querido amigo dokusha: Hace muchos años, en un programa de radio, oí a un niño llamado Manolito Gafotas que era la voz de una tal Elvira Lindo, una voz tan simpática como la de su creadora. Investigué un poco más sobre ella y descubrí que además era la mujer de Antonio Muñoz Molina y me pareció que esa combinación era buena para poder interpretar el mundo: él un señor muy serio, tanto en sus libros como en sus artículos, y ella, ella... una persona muy sonriente, una persona que hace fácil lo difícil, una mujer con sonrisa y luz... Verás, Elvira Lindo nació en Cádiz en 1962, estudió periodismo y en 1987 empezó a trabajar en Radio Nacional de España. En sus ratos libres empezó a elaborar guiones que presentó en estamentos de radio y televisión. Y de estos guiones surgió la idea de Manolito Gafotas. Con el peso del éxito de las siete novelas publicadas sobre este personaje madrileño se adentra en el sendero de la literatura de adultos, donde publica El Otro Barrio (1998) y Algo más inesperado que la muerte (2003), con gran éxito de crítica. Con la obra, que te dejo en esta faltriquera, Una palabra tuya, escrita en el 2005, alcanza el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral, que la encumbra a gran autora de literatura seria... Pero su obra también ha llegado a las pantallas cinematográficas de la mano de mi amiga Ángeles González-Sinde. Siempre he sido reacio a ver en cine las novelas que me han gustado, puesto que este no puede sustituir la fuerza de la palabra. Los personajes, las voces, su entorno, creados en mi mente con ciertas características, chocarían con las elucubraciones de la directora y me la harían irreconocible. Pero las dos actrices que mi amiga eligió para interpretarla, actrices que son muy semejantes a las que mi mente creó, y la propia directora, me hicieron confiar en el proyecto... Además, esos pensamientos, esos diálogos en papel de Rosario y Milagros son de los mejor que ha creado el mundo de la literatura femenina española en los últimos años. Lejos de las ñoñeces y calenturas sentimentales a las que nos condenan ciertos escritores muy preocupados por esa sensibilidad tan especial que tiene la mujer... Su grandeza radica en la simpleza, en la facilidad que posee para expresarnos lo eterno y lo efímero, lo grandioso y lo inapreciable, la condena y la redención, todo, todo ello, con un lenguaje cercano y sencillo. Al leer cualquiera de las novelas de Elvira Lindo, y esta obra en particular, es como si volviéramos a reunirnos con un amigo de la infancia, tomáramos un café y estuviéramos horas y horas de charla distendida, íntima y sin ningún tipo de cortapisa... El relato es una especie de monólogo, en primera persona, de una pobre mujer, Rosario, en constante relación a su mejor amiga, Milagros, y a los personajes que la rodean y dan sentido a todas sus peripecias. Una familia desestructurada, con una hermana interesada y ausente, una madre ya en las últimas y que condiciona y anula la vida de Rosario, unos compañeros de trabajo barrenderos con amores e infidelidades, un jefe que le sirve de desahogo y una verdadera amiga, que la acompaña desde la época escolar, y que es la que dará que pensar a nuestra protagonista y, a la postre, fijará el destino de ella en el instante menos pensado... Es una novela de las difíciles relaciones entre las personas. Retrata lo injusta que a veces es la vida. Y retrata de una forma especial lo precioso y lo desagradable que asimismo nos rodea. Y lo que más me gusta de Elvira Lindo es, aparte de ese acercamiento total con el dokusha, la utilización de las palabras perfectas y exactas con lo que describe. Pero todas las cosas de este mundo tienen un nombre y andarnos con eufemismos, en este tipo de relato, es lo más mojigato que se pudiera hacer. Una descripción de personajes, unos problemas y unas soluciones de lo más cotidiano. Como la vida misma. Y es verdaderamente prodigiosa esa manera de contarnos todo, una escritora que tiene el dominio de que las palabras le salgan sin esfuerzo -eso parece-, como si de transcripciones magnetofónicas de conversaciones y pensamientos fuera. Lo cual da qué pensar en el gran trabajo de escritura que lleva hacer de lo difícil, normal, y de lo normal, lo más diáfano y sencillo del mundo. Así, de esta manera, querido amigo dokusha, deberíamos ver a las personas cuando estas creen que no las miramos. A propósito de esto, te vas a encontrar con un final espléndido, como no podía ser menos en esta gran autora... Por lo tanto, querido dokusha, en la novela nos vamos a encontrar que Rosario y Milagros son barrenderas y se conocen desde niñas. Tan vulnerable en apariencia como firme pese a sus contradicciones, Rosario relata los años transcurridos junto a esa fuerza de la naturaleza que es Milagros; años de tropiezos, ilusión, miedo y realidades que han dado forma al temor de no merecer ser felices. Una palabra tuya es el retrato de dos mujeres, de dos trayectorias vitales, una hacia la nada más cruel desde una vida triste y la otra hacia un futuro expectante desde una vida redimida; y en medio, la piedad y el perdón. Una obra tierna y cruda a partes iguales, que, como ya te he mencionado, fue llevada al cine en 2008 por Ángeles González-Sinde... Es un libro que no puedes perderte para aprender a contar lo justo y nada más... Entonces, ahora sí, lee y disfruta...

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